En MM Salamanca encontrarás una cuidada selección de jamones serranos, elaborados con técnicas tradicionales y curados en las condiciones óptimas de los secaderos de montaña.
Este tipo de jamón, caracterizado por su suavidad y sabor equilibrado, es ideal para aquellos que buscan una opción más ligera y accesible.
El jamón serrano se distingue por su textura firme pero tierna, con un sabor suave y ligeramente salado, que lo hace perfecto tanto para el día a día como para ocasiones especiales.
Sin duda, se trata de un producto indispensable para cualquier mesa.
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En MM Salamanca te ofrecemos una cuidada selección de jamones serranos, elaborados con técnicas tradicionales y cuidados en secaderos naturales. Este tipo de jamón es una de las opciones más populares en España, gracias a su sabor equilibrado, textura firme y un toque justo de salinidad.
El jamón serrano se obtiene de cerdos de raza blanca, criados con una alimentación basada en cereales y piensos naturales. Su proceso de curación lenta, que puede durar entre 7 y 24 meses, permite que la carne desarrolle su característico y delicado aroma y su sabor suave, pero a la vez lleno de matices.
En MM Salamanca encontrarás productos de calidad, ya que nuestros jamones han sido cuidadosamente seleccionados para ofrecerte una mejor textura y un gran sabor. Además, recibirás el jamón directamente en tu casa, evitando traslados innecesarios por tu parte. Gracias a MM Salamanca podrás disfrutar de un jamón de calidad a un precio asequible, que además es ideal para bocadillos, tapas, tablas de embutidos o incluso para cocinar recetas tradicionales.
El jamón serrano es un producto imprescindible en cualquier mesa, perfecto para quienes buscan un jamón sabroso, accesible y con la garantía de una curación óptima.
¿Qué diferencia hay entre el jamón ibérico y el jamón serrano?
El jamón ibérico y el jamón serrano son dos de los embutidos más representativos de la gastronomía española, pero presentan diferencias clave en cuatro aspectos: origen, alimentación, curación y sabor.
En cuanto al origen del jamón, el ibérico proviene de cerdos de raza ibérica, que son autóctonos de la Península Ibérica, y extensamente conocidos por su capacidad de infiltrar grasa en el músculo. El jamón serrano, por su parte, se elabora a partir de cerdos blancos, como el duroc, que han sido criados en diferentes regiones de España.
Si hablamos de la alimentación del cerdo, el ibérico se divide en varias categorías: ibérico de bellota –se alimenta de bellotas–, ibérico de cebo de campo –se alimenta de piensos y pastos naturales–, el ibérico de cebo –se alimenta solo con piensos de alta calidad–. Por contra, el jamón serrano procede de cerdos cuya alimentación se basa en piensos naturales a base de cereales, lo que aporta un sabor más suave.
En relación al tiempo de curación, el jamón ibérico puede tardar entre 24 y 48 meses. Esto es un tiempo de curación largo, ya que permite el desarrollo de un sabor más complejo e intenso. El jamón serrano, sin embargo, tiene un tiempo de curación que oscila entre 7 y 24 meses, dependiendo de la calidad del jamón.
El jamón serrano se caracteriza por tener una textura jugosa y un veteado de grasa infiltrada, que aporta una sensación untuosa en boca. Su sabor es profundo, intenso y con matices dulces y salados. En cuanto al jamón serrano, su carne es más firme y magra, con un sabor más suave y ligeramente salado, lo que lo convierte en una opción ideal para quienes buscan un jamón menos graso.
En conclusión, mientras que el jamón ibérico es un producto gourmet con un sabor más complejo y una curación más prolongada, el jamón serrano es una alternativa más económica, accesible y versátil, ideal para el consumo diario. Ambos ofrecen una experiencia gastronómica única, cada uno con su propio carácter y personalidad.