Qué carne de cerdo es buena para la parrilla

La carne de cerdo es una excelente opción para la parrilla, por su sabor jugoso y su versatilidad. Existen varios cortes ideales para asar, cada uno con características únicas que realzan cualquier parrillada. En este contenido te contamos cuáles son los mejores cortes de cerdo para disfrutar al máximo en la parrilla.

Por qué el cerdo es una excelente opción para barbacoa

El cerdo destaca en la parrilla por su sabor intenso y jugoso, que se potencia con el calor del fuego. Es una carne versátil, con una amplia variedad de cortes que se adaptan a diferentes estilos de barbacoa, desde la más tradicional hasta recetas más creativas.

Además, suele tener un precio accesible en comparación con otras carnes para barbacoa, lo que lo convierte en una opción ideal para este tipo de reuniones en las que se compra gran cantidad de carne.

Otra ventaja es lo bien que combina con marinados, aliños y guarniciones, permitiendo preparar múltiples preparaciones y sabores para todos los gustos. 

En particular, la carne de cerdo ibérico aporta un toque gourmet sin complicaciones, elevando cualquier parrillada a otro nivel.

Hablar de sabor, versatilidad y buen precio. Gran variedad de cortes según el estilo de la parrilla. Fácil de combinar con aliños y guarniciones

Los mejores cortes de cerdo para hacer a la parrilla

El cerdo ofrece una variedad de cortes ideales para disfrutar en la parrilla, cada uno con características únicas que aportan sabor, jugosidad y textura. Hay opciones para todos los gustos: cortes tiernos, grasos o embutidos llenos de carácter. En MM Salamanca te presentamos los mejores cortes de cerdo para barbacoa.

Secreto ibérico

El secreto es uno de los cortes más valorados del cerdo ibérico. Es muy jugoso gracias a su infiltración de grasa y tiene un sabor profundo y suave al paladar. Se encuentra entre la paletilla y las costillas, y comparte protagonismo con otros cortes premium como la cruceta ibérica y la pluma ibérica, todos perfectos para asar a la brasa.

Presa ibérica

La presa ibérica es un corte tierno, con un equilibrio perfecto entre carne magra y grasa infiltrada. Se encuentra entre el cuello y el lomo del cerdo ibérico. Es ideal para parrilla por su textura jugosa y sabor intenso. Menos conocido, pero un corte igual de bueno es la bola ibérica, situada al otro extremo del lomo. 

Solomillo de cerdo

El solomillo de cerdo es un corte magro, muy tierno y fácil de cocinar. Su sabor suave permite múltiples combinaciones con salsas, marinados y especias. Es ideal para asar entero o en medallones, logrando un resultado jugoso en poco tiempo si se controla bien el fuego.

Panceta o tocino veteado

La panceta o tocino es un clásico de la parrilla. Su alto contenido en grasa le da una textura crujiente por fuera y tierna por dentro. Se puede asar en tiras o trozos más gruesos, con o sin adobo. Es perfecta para aportar sabor y grasa a la parrilla.

Lomo de cerdo (entero o fileteado)

El lomo es un corte magro y versátil que se puede preparar entero o en filetes. Entre sus variedades para hacer a la parrilla destacan el lomo ibérico fresco, el lomo adobado, el lomo fresco duroc, el lomo duroc adobado y el lomo duroc al ajillo. Cada uno de ellos ofrece matices distintos de sabor, desde el gusto limpio del lomo fresco hasta la intensidad especiada de los marinados. Es una excelente opción para quienes buscan cortes más ligeros sin renunciar al sabor.

Chorizos y embutidos frescos

Los embutidos frescos son infalibles en cualquier parrillada. El chorizo fresco aporta un sabor intenso y especiado, que se realza con el calor de las brasas. También destacan la longaniza, de sabor suave y textura tierna, y el chorizo criollo, que aporta jugosidad y un perfil único a la parrilla. Son ideales para servir como entrada o acompañamiento.

Consejos para cocinar cerdo a la parrilla con buen resultado

Para lograr que la carne de cerdo quede perfecta en la parrilla, es fundamental controlar bien la temperatura y el tiempo de cocción. Los cortes más magros como el lomo o el solomillo requieren fuego medio y poco tiempo para evitar que se resequen, mientras que los cortes más grasos, como la panceta o el secreto ibérico, se benefician de una cocción más lenta y prolongada.

El uso de sal gruesa es ideal para realzar el sabor natural de la carne, aunque también se pueden aplicar aliños o marinados según el tipo de corte y el resultado que se desee. Por ejemplo, los lomos adobados ya traen mucho sabor, mientras que otros cortes frescos aceptan perfectamente hierbas, ajo o toques cítricos.

Una vez retirada la carne del fuego, es importante dejarla reposar unos minutos antes de cortarla. Esto permite que los jugos se redistribuyan y conserven mejor al momento de servir.

Finalmente, combinar cortes magros y grasos en la parrilla aporta variedad de texturas y sabores, haciendo que cada bocado sea diferente y la experiencia mucho más completa.